«Proceso y equilibrio. También, interrupción. Todo en la pintura de Juan Giralt surge del proceso y se interrumpe siempre en un motivo equilibrio. Equilibrio entre la construcción y la expresividad, el orden y la intuición, el desasosiego y el control, la fuerza del color y la armónica moderación de los tonos. Juan Giralt camina siempre por el alambre que marca la frontera entre la referencia figurativa y el valor de abstracción de la propia pintura sin traspasarlo a un lado o a otro. Por ello, en algunos cuadros introduce la palabra escrita, las letras pintadas o interpolando un fragmento de collage. Las letras en sí mismas son un elemento figurativo surgido de los atributos conferidos a un símbolo abstracto: Sigurd Platten, Rapid, Fasching, Bodegón. A veces son palabras confundidas, como Retor, por Retal o Vererano por verano, pero con ello se introducen en el cuadro una referencia de ambigüedad, una porción de experiencia, que distorsiona la abstracción al no hacerla explícita y figuración, al no recurrir a la representación. Cuando la abstracción predomina, el juego de una palabra, una fotografía, el recorte de un periódico o una revista, desplazan la sugerencia de la abstracción.
El equilibrio como forma de expresión radical. Y, también de una independencia que ha hecho de Juan Giralt un pintor desplazado de los torbellinos que generan, en el mundo de la vanguardia, las clasificaciones, los lanzamientos y los reconocimientos. Pero, también las frustraciones.
La pintura de Giralt ha sido una creación sincrética de la vanguardia. Su pintura es una caja de Pandora que muchos han abierto esparciendo sus bienes o, como en otra versión del mito clásico, esparciendo los males, los males derivados de la copia y la imitación. El carácter sincrético de su pintura ha convertido a Juan Giralt en un representante genuino de lo que en otras ocasiones hemos llamado «la vanguardia desplazada». Lo cual no le impide haber sido y continuar siendo precursor de muchas cosas y un renovador que camina en solitario obedeciendo solamente a sus propias leyes y convicciones.»
Víctor Nieto Alcaide
(Extracto de “Juan Giralt”, texto del catálogo de la exposición en Caja de Salamanca y Soria, 1994)